17/4/09

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-Sí que es hermoso, ¿no es cierto?- dijo acariciándolo-. Pero a los últimos de cada cría los criadores los matan, son los más débiles, los menos puros de la raza. Los criadores viven de la pureza, ese es sunegocio, no les conviene que haya perros impuros dando vueltas por ahí. Si vos conocés a otros perros de esta raza, te podés dar cuenta que éste tiene las orejas un poco más grandes y...

-Tiene los ojos marrones- interrumpí.

-Eso no tiene nada que ver. Además a mí me gustan así, marrones. Hay un cierto aire de verdad en los ojos de los perros siberianos, como si supieran nuestros secretos. Bah, esto es un delirio mío, no me hagás caso.

-Pero lo que no puedo creer es que los maten.

-La gente no entiende nunca al que es diferente. En una época los metían en manicomios, en otras en campos de concentración- suspiró-. La gente le tiene miedo a lo que no entiende. Si la sociedad margina a los que son diferentes, qué destino puede tener un perro que tiene las orejas un poco más grandes.

(...)

(Antonio Santa Ana. Los ojos del perro siberiano. Ed. Norma, 1998)

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